miércoles, 5 de noviembre de 2008







El lado que pocos conocen:

La otra cara del Cairo
por: Cristóbal Heiss

-Lejos del cliché de las pirámides y los grandes museos, el Cairo es una ciudad a la que muchos viajan pero pocos conocen. Dentro de sus calles y en medio de su gente, se perfila la capital egipcia como un lugar que tiene mucho más que ofrecer que un pasado glorioso y un par de monumentos

-Los constantes bocinazos y el aparente desorden, lejos de ser algo molesto, son parte del espectáculo que representa viajar a un país con una idiosincrasia totalmente ajena a la de la cultura occidental.

Al bajarse del avión en el aeropuerto del Cairo, no se sorprenda si en vez de apreciar un apacible paisaje desértico lleno de camellos e historia, se encuentra con una multitud abundante y desesperada por llevarle al hotel “más cercano” o al “más barato” utilizando un sinfín de idiomas para cumplir su cometido. No de manera gratis se ha ganado el Cairo el apodo de “la ciudad caos”, donde ocho autos pueden caber sin problemas en una pista de tres calles mientras se serpentea esquivando peatones y cuanto animal se cruza con el fin de llegar al destino del pasajero.


El centro del Cairo sin duda representa una aventura por si misma para cualquier occidental que ose entrar en sus dominios. El corazón de la gigante urbe es nido de pasadizos que pueden llevarlo a lugares impensados, las pequeñas calles se encuentran abarrotadas de adultos y niños quienes en su mayoría intentan vender su mercancía de forma exasperada a cualquier distraído caminante que tropiece con su camino. Por donde se mire se pueden encontrar bazares y puestos de jugo de caña de azúcar, un dulce brebaje que se sirve helado (tan popular como el mote con huesillo en Chile) con la finalidad de refrescarse del abundante calor de la tierra de faraones, algo que se agradece de sobremanera cuando el clima supera los 40 grados Celsius.


Si existe un lugar en el Cairo con mayor movimiento que el centro es su mercado. Desde azafrán hasta juguetes, pasando por pequeñas esculturas de las pirámides y cuanto rollo de papel papiro pueda uno imaginarse, el mercado ofrece una inagotable manantial de oferta para los turistas y locales. Una clave no aún mencionada para desenvolverse con destreza en la selva egipcia, es saber que allá nada tiene un precio determinado, cada compra por más simple que sea pone a prueba al consumidor quien debe poner aplicar todos sus atributos negociantes si desea obtener algo a un precio razonable. Este regateo egipcio viene de una larga tradición árabe y es parte de su cultura, por lo que no discutir los precios puede inclusive llegar a ofender a un vendedor, claro que existen excepciones y los comerciantes lo saben, lo que puede reflejarse de forma clara cuando se observan turistas japoneses que compran botellas de agua a precio de whisky


Comer en el Cairo es muy barato y existen propuestas culinarias callejeras muy interesantes. La mayoría de los egipcios se adentran en la ciudad para buscar puestos móviles donde alimentarse, ya que estos representan una salvación tanto para el paladar como para el bolsillo. En estos puestos la comida tradicional es el faláfel, que es una suerte de puré de legumbres apanado y frito, también es muy popular el pan pita artesanal, que llenan con crema agria, pepinos, camarones y ensalada para hacerse unos suculentos sándwiches.


En medio del frenético frenesí de la ciudad se pueden encontrar en perfecto contraste con la urbe, a cientos ancianos que suelen salir a las calles a fumar su pipa de agua (conocida en Egipto como Sheesha) y hacer vida social. La imagen de los “abuelos de la ciudad” es casi romántica, a medida que su país se moderniza y cambia mientras se contornea al ritmo de Nueva York o Milán, ellos se quedan impávidos mirando los acontecimientos que suceden a su alrededor sin alarmarse, de forma tranquila y casi hipnótica, como espectadores que quedaron excluidos de la contingencia. Los ancianos representan en cierta forma el Cairo de hoy, una ciudad que se mueve entre al realidad y un pasado glorioso, una urbe que muchos creen conocer pero que pocos se dan el tiempo de explorarla interiormente, sin duda una metrópoli repleta de blancos, grises y negros.

Aswan, Egipto

Aswan, Egipto

Nueva Delhi, India

Nueva Delhi, India