lunes, 4 de mayo de 2009

El Kraken


El cielo estaba azul oscuro y el sol aún no se asomaba, las olas rugían y se golpeaban entre ellas mientras el viento silbaba con una fuerza incontenible. En medio de todo ese caos estaba un marino en su pequeño bote, que intentaba prender el húmedo tabaco de su pipa sin éxito. Estaba solo, en medio de un mar oscuro y profundo, morada de la bestia más temida del océano, el Kraken.
El frío se colaba por las mangas y las botas mojadas del marino. Cada vez que respiraba, una nube de vapor salía de su boca, el olor a sal del mar y la furia de la naturaleza era algo abrumante para quien su única protección era una pequeña embarcación de madera. La tempestad cesó de repente para dar paso a algo mucho más tenebroso, del sombrío fondo del océano salió un inmenso tentáculo de bíblicas proporciones, luego salió otro y otro más, el marinero paralizado de terror cayó de espaldas ante la omnipotencia del Kraken, el monstruo marino.
El Kraken impactó su enorme tentáculo en el mar formando una ola de 30 metros de altura, la barca de madera no soportó el golpe y se volcó, dejando al marino hundido y vulnerable en la lóbrega inmensidad. Cuando finalmente logró salir, nuevamente el viscoso ojo de la ciclópea criatura se posó en su cuerpo y alzando su brutal extremidad como un pesado látigo, lanzó un azote sobre la cabeza del navegante, pero justo antes de impactarlo, el tentáculo comenzó a acariciar tiernamente la cabeza del marino, luego este escucho unas dulces palabras que salían del ahora cálido cielo: Despierta Felipe, son las nueve, te quedaste dormido, acuérdate que hoy tienes prueba de lenguaje.

Aswan, Egipto

Aswan, Egipto

Nueva Delhi, India

Nueva Delhi, India