sábado, 25 de abril de 2009

Tedio

El viento deja de galopar, para arrastrarse como gusano por las hirvientes rocas.

El ojeroso y anciano rey muere ante la impotencia de no poder levantar su cetro.

El sol decide no brillar este día, y la luna cuenta con sus ásperos dedos los billetes sucios en una esquina.

La marcha fúnebre se ahoga entre hedores pestilentes y una sed arenosa.

Un olor a cigarro viejo, una resaca indiferente, un dios ausente.

El tedio tapa narices y me asfixia en su punzante desdicha, cae como un espeso y seco brebaje por mi garganta oxidada

El niño mira el mundo pero nada le encuentra de nuevo.

El calor y sus figuras ondulantes queman flojas las pupilas.

Giramos atrapados en la nada y para siempre, gitanos de un grano de arena en un mar oscuro.

¡Hay si sólo existiera una respuesta!

1 comentario:

Jota Goncarr dijo...

te pasaste, no tengo una oración para decirte que usaste una palabra justa para la próxima que venía y armaste lo que se podría llamar un trabajo de un dios

Aswan, Egipto

Aswan, Egipto

Nueva Delhi, India

Nueva Delhi, India